29 de marzo de 2010

El Oasis en el Desierto 3º Shoot

Chicas, perdón por colgarme, mucho trabajo estas semanas...sé que es bueno, pero también me aleja de lo que me gusta...Acá les dejo el último Shoot de El Oasis En El Desierto, espero que lo disfruten y hayan disfrutado toda la historia...AVISO que hay un pequeño Lemmon...Jaja...todavía no me sale est pero, al menos lo intente...
Besosss!!!
Solcito
3º Shoot: El Renacer


“Alguna vez alguien me dijo: "El tiempo cura todas las heridas"...

Siempre fue muy fácil engañarme...Siempre fue muy fácil mentirme...

El tiempo no cura nada, el tiempo sólo permite que la mente se disipe, que el cerebro comience a ocuparse de algunas otras cosas, un poco mas banales quizás…El tiempo, sólo hace que el recuerdo se borronee un poco, que las imágenes del pasado parezcan ajadas, amarillas, polvorientas…

El tiempo hace que quiera culparlo por haber pasado tan rápido sin haberme avisado que no iba a disfrutarte ahora…

El tiempo tiene toda la culpa…toda la culpa de que esté en este momento mortificándome por lo que no pudimos hacer juntos, por lo que no dejó que te mostrara, porque no dejó que habláramos más, ni que nos abrazáramos…

El tiempo, lo que a veces malgastamos tanto, o deseamos que pase rápido…si supiéramos que luego no lo vamos a tener para despreciarlo, quizás lo cuidaríamos un poco más…
“La vida te da sorpresas”…Sí, en eso coincido…una sorpresa encontrarme sola de repente…que de un plumazo te alejaras…

A veces, a pesar de la facilidad de expresión que algunos me elogian, no logro decir con palabras lo que siento…

Es que tanto te escribí…tanto te lloré…tanto “no entendí”…Jake…

Porque siempre le tenemos que encontrar un por qué a las cosas, porque siempre necesitamos saciar nuestras dudas…

Ahora había encontrado ese porque…Ahora ya sabía…Edward me había quitado la careta que Jacob y esa zorra con tanto esmero me habían fabricado.

Ahora que ya sabía tenía que volver. Tenía que cerrar un ciclo. Dejar de mirar hacia atrás.
Hoy tengo que dejar de llorar, porque no sirve de nada…”

Todo esto me lo decía una vez y otra, mientras lo miraba acercarse a mí. Ya había pronunciado las tan preciadas palabras.

Quería que fuera suya.

Y yo quería ser de él.

No estábamos en el mejor lugar del mundo, para hacer realidad nuestros tan reprimidos deseos. Alice nos había invitado a Edward y a mí a una reunión que realizaba en su casa para festejar su embarazo. Yo estaba muy feliz por mis amigos. Ellos se merecían todo lo que les ocurría, porque su amor era totalmente honesto. No como mi relación. Había decidido ir sola a la fiesta. Pero apenas había entrado, Edward se había acercado con toda su galantería y me había ofrecido su compañía por el resto de la noche.

La noche anterior no dormí al atacarme preguntas sin respuestas. ¿Cómo podía volver a confiar en un hombre?, ¿cómo no salir lastimada nuevamente?, ¿cómo impedir que este corazón no desangrara y esta vez hasta la última gota? . Yo ya estaba viviendo por inercia. No podía permitirme que me quitaran hasta eso, aún sabiendo que no era una manera digna de vivir. Aunque sí era verdad, que hacía unos meses estaba compartiendo momentos agradables con Edward. Estaba aprendiendo a conocerlo. A quitarme esos recuerdos amargos que tenía de él. Y él me estaba ayudando a salir del pozo al que por segunda vez había caído por mi exmarido, que evidentemente hasta a la distancia me hacía sufrir.

Edward había sido muy paciente conmigo. Y eso se lo agradecería eternamente.
Verdaderamente lo quería. Era extraña la sensación, pero eso es lo que me ocurría. Algo de culpa me invadía. Pero en definitiva yo ya tenía casi 30 años, y no merecía morir sola, ni mucho menos. Como me decían todo el tiempo Alice y Jasper, yo tenía que revivir.

Y si Edward era ese oasis en el desierto, me iba a aferrar a él. Tenía que salir. Dejaría que me quisieran. Por una vez en la vida, dejaría que las sensaciones me recorrieran. Edward no me ofrecía promesas, ni futuro, ni compromisos. Por ahora, sólo sensaciones.

Me hallaba vestida de corto con un vestido anaranjado que Alice me había conseguido, y dejaba entrever mis muslos. Llevaba el pelo suelto. Sabía que Edward detestaba cuando me lo ataba. Justo lo contrario a Jacob. Eran tan distintos…y a la vez me hacían sentir cosas parecidas … ¿amor?...¿pasión?

Menos mal que llevaba unos tacos altos. Tenía la altura justa para mirarle todos sus rasgos…su piel perfecta, su color crema, sus ojos verdes hipnóticos, su pelo broncíneo. Él llevaba un traje azul oscuro que le hacía contraste con sus ojos. Esos ojos que me intimidaban tanto.
En ese momento, mirándole su rostro, tan cerca del mío, podía contestarme todas las preguntas de la noche anterior. Es verdad que dicen que el amor no conoce de edad, raza, clase social, ni ninguna otra categoría. Pero también es bastante desubicado y llega cuando menos lo esperas, cuando más dolida te encuentras, cuando menos quieres ser la chica que se aferra al amor desesperadamente.

Le toqué el pelo, entrecerré mis dedos en su cabello. Quería tocarlo, sentir todo de él. Mi corazón estaba a un galope frenético. No podía soportar tanta cercanía sin rozarlo. Él parecía que tampoco porque me aferró dulcemente de una muñeca y puso su otra mano en mi cara…Me acarició suavemente.

--Lamento hacer ésto aquí, he esperado tanto tiempo. Lo he pensado tanto…lo he deseado hasta los huesos. Tanto tiempo, y sólo por ti. Si estuviéramos en un mejor lugar…El jardín de tu amiga no es apto para colisiones, ¿no?—Mientras se sonreía me seguía acariciando, cada vez con más pasión…Yo estaba roja…acalorada, pero además me sonrojé por su ocurrencia. Es que había tantos sentimientos reprimidos entre nosotros que nuestra unión sería un choque no apto para impresionables.

--Edward, quiero que hagas todos tus deseos realidad…

Es lo único que me atreví a decir antes de dejar de respirar. Mis palabras lo encendieron…Sólo atinó a llevarme a rastras a su Volvo, mientras gruñía. Manejó velozmente hasta alejarse de la casa, pero luego comenzó a bajar la velocidad. Algo le ensombreció la mirada. Comencé a pensar que no sentía lo mismo que yo.

--Dime la verdad Bella, para que decida que hacer contigo, con nosotros.

Yo todavía me sujetaba con fuerza, a pesar de que ya manejaba más tranquilamente.

--¿Esto es sólo una venganza?...Sé que dijimos que nunca íbamos a involucrar los sentimientos. Pero se me está haciendo un poco complicado. Aunque hemos pasado poco tiempo juntos, de alguna manera, siento cosas por ti. Me gustas—Para decir estas últimas dos palabras, dejó de mirar la ruta y se concentró en mi mirada. Frenó el auto. Y me seguía mirando—Bells, yo siento…diablos!...no tenía que sentir nada por ti, porque me juré no presionarte, pero es que ya no me lo puedo aguantar, y tampoco quiero salir herido. A mi también me ha ido pésimo en el amor. Y con la magnitud de mis sentimientos por ti, sólo puedo dilucidar que sufriré mucho. Por lo tanto…-- Respiró un poco, se serenó y luego continuó—Quiero saber si sientes algo, aunque sea mínimo por mí, si te genero algo, o sólo estás actuando por despecho…Sé sincera, no te voy a juzgar…Nunca te juzgaría…porqu…

--Te quiero Edward…--Lo interrumpí para aventarle estas dos palabras—Te quiero, y no creo que pueda dejar de hacerlo, por lo menos no por ahora. Sabes que estoy herida, y que me has ayudado muchísimo para salir adelan…

--Sí, por eso, tampoco quiero que esto lo hagas por agradecimiento, en serio…yo…

--Basta Edward, limítate a escuchar…-- Para ese momento yo ya estaba mirándolo fijamente, con una mano mía apoyada en la suya, y la otra acariciándole el cabello…ese que tanto me gustaba…--Yo estoy herida, y lo sabes, y me ayudaste mucho, y también lo sabes…Lo que parece que no te has dado cuenta, es que yo odio la lástima…Yo si estoy con alguien, si lo dejo entrar a mi vida es porque siento algo por él…Pero también sabes, que hoy en día no puedo hablar de futuro, ni contigo, ni con nadie…No puedo prometerte nada…así que si piensas que no podrás seguir adelante con “esto”, no me enojaré si decides volver…En serio, quiero que entiendas eso…Te quiero, pero no te voy a dar falsas promesas…No es mi estilo…
Él me miraba profundamente, y respondía a mis caricias. A veces, me parecía que estaba feliz, por otros, medio atormentado.

--Bella, no necesito promesas…para eso habrá tiempo…y tiempo es lo que me sobra…Disculpa mi estupidez…--Diciendo esto, destruyó la separación que había entre nosotros y selló sus labios con los míos.

Al principio fue un beso dulce, sólo 2 pares de labios queriendo conocerse a fondo…Pero a los segundos, la pasión comenzó a hacer estragos en ambos. Nuestras lenguas bailaban al ritmo de una canción desconocida e inaudible para nosotros…Él comenzó a aferrarse de mí, me abrazó y descubrió con sus manos mis hombros, comenzó a besarlos de a poco, un beso detrás del otro. Yo por dentro pedía más…No quería sólo eso…No necesitaba la ternura…En este momento no, y eso que creía que era lo que más me faltaba. Pero mi cuerpo estaba en llamas, y necesitaba apagarlas antes de que me consumieran.

El coche nos quedaba chico, y eso que era bastante espacioso…Así que me soltó y me propuso:
--Amor, si de verdad quieres esto, acompáñame…--No tuve que ni hablar, yo misma lo tomé de la solapa del traje y lo arrastré hacia el asiento trasero. Comencé a besarlo a mi ritmo, mi lengua descubría todas sus partes antes desconocidas por mí…Su rostro, su cuello, sus clavículas…Lo escuchaba gruñir y eso producía en mí sensaciones salvajes…Quería decirle que quería más, que necesitaba todo de él…Pero no podía pensar una oración coherente…Me estaba consumiendo…

--Eres hermosa, sabes lo que esperé este momento…No quiero que sufr…

--Shh…amor, no son necesarias las palabras en este momento…Tu cuerpo ya me lo ha dicho todo. Y espero que él sí quiera seguir hablando…--Le sonreí de manera seductora, irreconocible para mí, no estaba acostumbrada a estas nuevas reacciones que él despertaba en mí. Comencé a contornearme debajo suyo, como alentándolo a que siguiera. Él volvió a gruñir y ya estaba completamente sobre mi cuerpo. Le quité el saco y la camisa en menos de un minuto, aunque me costaba un poco encontrar los botones, mientras él me besaba el escote. No pude contener algunos gemidos, y noté que eso aún lo ponía más frenético si es que eso fuera posible.

Cuando me despojó de la última prenda que me quedaba, comenzó a mirarme de arriba abajo.
Era algo que también hacía Jake…algo que a mí me gustaba demasiado. Me mordí el labio. ¿Por qué diablos se entrecruzaba en este momento?...Queriendo concentrarme completamente en el hoy, me acerqué a él y comencé a quitarle el cinto y el pantalón…él me ayudó para aumentar la velocidad… Me indicó el camino a su boxer, y yo como buena alumna proseguí desvistiéndolo totalmente. Le había comenzado a besar los pectorales, cuando él tomó mi pierna y la colocó por encima suyo…Yo ya no podía premeditar nada…

Esto estaba llegando a su fin, no se podía alargar más…Sería perjudicial para la salud…de ambos.

--Sí, Edward, hazlo, convierte los deseos de ambos en realidad…Ya no podemos evitarlo…--Me costaba un poco decir todo esto con la alteración hormonal que tenía en ese momento…

Él gimió por enésima vez, antes de hacer su entrada triunfal a mi cuerpo olvidado por tanto tiempo. No pude contener mi placer. No podía entender cómo había sobrevivido tanto tiempo a la ausencia de estas sensaciones tan abrasadoras. Pero sabía que esa etapa agonizante había finalizado…Ahora sólo iban a haber situaciones placenteras…Y ese pensamiento me excitó de tal manera que quise morderlo. Es más, no me contuve y lo hice, lo que causó que su ritmo se acelerara…Luchábamos ambos por demostrarle al otro lo que nuestro pasado nos había enseñado y lo que queríamos perfeccionar con nuestra primer colisión. Era totalmente distinto a Jacob. Mucho más dulce y decidido. Se esforzaba mucho más en cubrir mis expectativas y en hacerme sentir plena. Como no quería compararlo, alejé mis pensamientos de mi mente. Él comenzó a moverse mucho más fuerte, y la sincronización se volvió perfecta. Cuando notó que mi corazón se aceleraba una vez más y que mi ritmo aumentaba, y mi piel comenzaba a estremecerse, cubrió con sus manos todas mis partes que ya estaban motivadas…Y logró lo que tanto había deseado, y lo que yo tanto había añorado…

Toqué el cielo con las manos…
Sentí que toda mi agonía culminaba de la mejor manera que lo podía hacer…
Mi cuerpo le enseñaba a mi mente el camino hacia la libertad, y le daba el descanso placentero tan merecido.
Al sentir que yo estaba llegando al máximo placer posible, él se unió a mí, para culminar juntos este trayecto al cielo…Los dos gritamos al unísono…Nada se podía contener…No más…

--Bells…--Él se animó a hablar primero, con su pelo alborotado, y descansando sonriente en mi pecho…

--Mmm—la única respuesta que iba a conseguir de mí en ese momento de total relajación…

--Creo que ya es obvio pero… te quería decir que Yo también Te quiero…--Me sonrió torcidamente, y me devolvió la alegría a mi alma, como sólo él podía hacerlo…

Le sonreí, le sonreí ampliamente, y me perdí en sus brazos…

No sólo le estaría agradecida toda la vida, también me di cuenta en ese preciso y precioso momento que comenzaba a enamorarme de este sujeto tan peligroso para mis hormonas y mi autocontrol…

Pero todavía no se lo diría, no me precipitaría nunca más…Sólo me limitaría a vivir el presente y disfrutarlo al máximo…Sin lastimar a nadie…

No más tristeza…No más engaños…No más promesas incumplidas…

El tiempo curará todas mis heridas…y si no, ya tengo quien me ayude a sanarlas…

1 comentario:

  1. hay por diosssss me matoooooo!!!!!!!!!!!!!!!1 mmmm..... esto da para mas porfa porfa pofrias seguir no? q se muera de la rabia ese jacob y esa tonta jajaj da para mas sisisisi para masssssssssssss besitossssss

    ResponderEliminar